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Opiniones de un ademarista

Son de otra pasta

A pesar del buen hacer en resultados, que no en juego, de la selección española en estos juegos Olímpicos, hoy voy a escribir sobre algunas historias de superación de algunos jugadores de balonmano conocidos por todos. No he podido ver ni el partido contra Polonia ni contra China. Espero poder verlos si consigo bajarlos por Internet. Entonces haré una breve crónica…

Christian Berge en un Flensburg - Montpellier

Christian Berge en un Flensburg - Montpellier

Cuando empezaba a ver partidos de balonmano, veía a jugadores imponentes físicamente, que parecían armarios empotrados. Parecía que si les pinchara ni se inmutarían, a tenor de los costalazos que se pegan en el campo y tras los que se levantan sin más, no como en otros deportes de lloronas que no nombraré. Pero un buen día fallaban un penalti en una final (Alberto Entrerríos, por ejemplo) y les veías derrumbarse llorando. O cuando se despiden de la afición en su último partido (Stian Vatne, Petar Metlicic, Antonio Cartón y otros tantos…). Por cosas como éstas les admiras más, y más aún cuando conoces las historias de superación de muchos de ellos.

La historia de Sigfus Sigurdsson está muy extendida, y más en León. Básicamente, Sigfus fue alcohólico, hasta tal punto de dar 2’1 en un control en Santander durante su etapa en el Teka. Tras ello, fue despedido del conjunto cántabro. Su madre, junto con sus seres más queridos le dieron un ultimátum con tres opciones: Seguir como hasta entonces, tras lo cual aquellos seres queridos le dejarían de hablar, subir al monte y pegarse un tiro, o rehabilitarse, para lo que contaría con el apoyo de sus allegados. Eligió la última opción, pasó de la élite del balonmano mundial a oficios para salir adelante, y años más tarde, ya rehabilitado, volvió a la élite del balonmano mundial. Por cosas como éstas es un ídolo en Magdeburgo, León y allá donde vaya.

El central noruego Christian Berge es otro ejemplo de superación. Se le diagnosticó cáncer cuando militaba en el Flensburg. Lo superó y en poco tiempo ya estaba jugando otra vez en el equipo alemán. No obstante, su nivel no volvió a ser lo que era, pero a mí particularmente me daba un vuelco el corazón cada vez que cogía el balón. En 2006 fichó por el Aarhus, donde sólo estuvo un año y se retiró.

Oleg Velyky, un crack

Oleg Velyky, un crack

El último ejemplo de superación y por el que escribo todo esto es Oleg Velyky. Recientemente aparecía la noticia de que volvía a entrenar con sus compañeros del Hamburgo. El lateral ukraniano nacionalizado alemán es todo un ejemplo, tanto a seguir como de mala suerte. En un primer momento se le diagnosticó cáncer de piel. Se apartó de la alta competición para seguir el tratamiento correspondiente y lo superó. Una vez recuperado parecía que volvía a la élite, incluso el seleccionador germano Heiner Brand contó con él en el último europeo de Noruega. A pesar de ello, cuando sólo lleva 3 minutos disputados de europeo, su rodilla hizo crack. Sufría una grave lesión que le volvería a mantener alejado de las pistas medio año. Y lo que era peor aún, en su periodo de recuperación le anunciarían que su tumor se estaba regenerando. A pesar de ello, parece que el jugador ve la luz al final del túnel y que pronto volverá a las pistas.

Mucho ánimo, Oleg. Ya dentro de nada volverás a hacerme emocionarme como lo hacía Berge.

agosto 14, 2008 Posted by | Uncategorized | Deja un comentario